Se
va convirtiendo en una tradición eso de que José María nos deleite
con una de sus famosas paellas.
La
fama de sus arroces es tal que, en cuanto empezaron a salir los
primeros aromas de la cochera, la cantidad de comensales que se
apuntaron al evento creció considerablemente. Tanto es así que con
ayuda de su (com)pinche de cocina Germán el cocinero tuvo que
ponerse las pilas para hacer un par de paellas más y dar de comer a
todos los asistentes. A pesar de la espera nadie se quejó, porque el
arroz de José María deja a todos sin palabras.
© CRS
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