Durante toda la jornada hubo actividades en el pueblo.
La jornada comenzó con una misa, continuó con las 'bombas japonesas' a la hora del apertitivo y llegó a su punto clave con el almuerzo: paella, postre y café para todos los que se animaron a participar en este encuentro anual de los miembros de la Asociación Pino Grande.

Hacia las 20.30 comenzó la música para los adultos y algunos tuvieron que salir de casa ante la insistencia de otros vecinos del pueblo que estaban convencidos de que "todo el mundo tiene
que estar en la plaza". Hubo música hasta las 23.00 horas, se sorteó una tablet y tras una pausa de un par de horas para reponer fuerzas con una buena cena, el Discomóvil mantuvo animada la plaza hasta algo más de las cuatro de la mañana. ¡Para que luego digan que los pueblos son un aburrimiento!© CRS
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